Con el objetivo de que nuestros clientes se adapten rápidamente a la nueva situación después de la crisis surgida por la Covid-19, desde Conversia seguimos con la publicación de guías de reactivación dirigidas a sectores concretos. Después de la difusión de aquellas orientadas al sector Horeca, al sector comercial y a la reapertura de oficinas y despachos, esta semana hemos puesto a disposición de nuestros clientes un nuevo documento encaminado a la vuelta a la normalidad del sector industrial. 

El sector industrial fue uno de los sectores que se vio afectado más rápidamente por la crisis de la Covid-19. Con la irrupción de la enfermedad en China a finales de 2019, y el posterior confinamiento en el país asiático, en enero la industria española empezó a notar la falta de suministro de componentes para algunas líneas de producción, especialmente en el sector de la automoción y tecnológico.

A esto, se le añadió la llegada del brote en España, que obligó a cerrar muchas líneas de producción, como mínimo, durante las dos semanas en las que el Gobierno decretó el cierre de los servicios no esenciales. En este sentido, dependiendo del sector, hay fábricas que han notado más o menos la afectación: bajada en la producción de elementos no imprescindibles, incremento a toda velocidad de los productos de primera necesidad (alimentación y sanitarios). Algunas industrias, incluso, han variado sus líneas de producción, pasando de elaborar perfumes a geles hidroacohólicos o de componentes para vehículos a respiradores.

Tanto si la actividad ha seguido durante el confinamiento, como si a poco a poco se va produciendo su reactivación durante la desescalada, el sector industrial tiene que adaptarse a la nueva situación teniendo en cuenta los elementos y medidas que figuran en la Guía de Reactivación de Conversia, entre las cuales destacan:

  • Diseñar itinerarios para dirigir el flujo de personal y evitar las aglomeraciones.
  • Organizar la llegada de proveedores por turnos.
  • Replanificar las tareas y procesos productivos para que los trabajadores puedan mantener una distancia de 2 metros entre ellos, variando las velocidades de las líneas de producción o redistribuyendo las tareas. En el caso de no poder mantener esta distancia, instalar barreas físicas como mamparas, que sean de fácil limpieza y desinfección.
  • Si se establecen rotaciones de personas entre distintos puestos dentro de un mismo turno, estos puestos deben desinfectarse adecuadamente entre rotaciones.
  • En la zona de producción, es indispensable extremar la limpieza de toda la maquinaria, siendo obligatorio siempre una limpieza en cada cambio de turno. Siempre que sea posible, se evitará compartir herramientas y máquinas.
  • Facilitar a todo el personal los equipos de protección individual (mascarillas, pantallas protectoras, etc.) necesarios en función de la actividad, así como colocar dispensadores de gel hidroalcohólico, papel desechable y papeleras de apertura con pedal.

La guía también especifica las medidas de higienización, entre demás información, y facilita una serie de documentación relacionada con los registros de higienización de los distintos espacios o carteles informativos para disponer en los equipamientos.

¿Por qué es tan relevante dar apoyo a este sector?

Antes de la crisis de la Covid-19, el peso del sector industrial sobre el PIB de la economía española era de un 16%, según el Barómetro Industrial 2019 elaborado por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI) y el Consejo General de Economistas (CGE). Además, el total de ocupados en el sector industrial concentraba el 14% del empleo nacional (2,76 millones de personas).

De esta manera, España era el quinto país de la Unión Europea en cuanto a volumen de facturación del sector industrial (538.655 millones de euros), ranking que encabezan Alemania (1,9 billones de euros), Francia (1,031 billones) e Italia (1 billón).

El índice de actividad del sector manufacturero español registró en abril un fuerte deterioro, pasando de los 45,7 puntos (marzo) a los 30,8, el peor índice desde diciembre de 2008 (Alemania (34,5), Francia (31,5) e Italia (31,1). Sin embargo, otros indicadores como el de producción, pedidos y exportaciones han registrado mínimos sin precedentes desde que se realiza este registro (1998).